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viernes, 23 de enero de 2015

Tres Interpretaciones de Nymph()maniac Vol. 1


Giovanni M. Algarra Garzón


1.



Lars Von Trier es un misógino de primera que en su trilogía “Anticristo”, “Melancolía” y ahora con “Nymph()maniac”, presenta a la mujer como fuente de pasiones terribles que la destruyen y que a su vez corrompen su entorno. Para que tenga potencia su visión de los sexos, los tiene que escencializar, es decir, darles características unívocas que los definen per se, antes de que los mismos individuos tomen decisiones. Es un determinismo sexual que hace a las mujeres propensas a la depresión y la locura. En el caso específico de Nymph()maniac, Joe (Charlotte Gainsbourg) termina teniendo hipersexualidad gracias a un conjunto de eventos desafortunados desde su infancia. Siendo esta conducta cada vez más desaforada y grotesca. Arrastrando consigo a hombres ingenuos, virtuosos y honestos.

2.
Nymph()maniac es una película estimulante, llena de delicadeza. Nada más verla para encontrar una mezcla fascinante de motivos medievales y renacentistas, con metáforas preciosas como la relación de la pesca con la búsqueda de eventos sexuales que sólo pueden llevar a los individuos involucrados a tener recuerdos valiosos. La sexualidad femenina se ve desata en una búsqueda de experimentación y creatividad que no puede detenerse por convencionalismos de tradiciones conservadoras. Más bien, como se señala en la película haciendo alusión a la vagina, “si te han dado alas, ¿por qué no volar y hacerlo muy alto?"


3.

La trilogía de Lars pone a la mujer en el centro de tramas convulsas en donde ellas y sólo ellas, se lanzan a una aventura arriesgada y provocadora que lleva a que la realidad de hombres racionales e ingenuos termine trastocada. En esta triada la mujer es la que tiene una capacidad de actante, movilizando los elementos del relato y convirtiéndose en la pieza fundamental de una trama llena de simbolismos. En Nymph()maniac, Joe es quien convierte su entorno en un espacio erotizado y luego sexual. Tiene la capacidad de romper los esquemas de la realidad dada, a todo riesgo, con valentía y alegría. Como lo dice Seligman (Stellan John Skarsgård) al inicio de la cinta, “si lo haces jovialmente, no hay por qué sentir culpa”. Porque la culpa, una herramienta que entre otras cosas, proyecta los miedos de los demás a las mujeres para disuadirlas de descubrir las posibilidades de su sexualidad, debe ser exorcizada con la alegría de una sexualidad vivida plenamente.

lunes, 3 de septiembre de 2012

La censura del Loco




“¡Hay que expulsar los poetas de la República!” exclamaba Platón, al considerar que éstos falseaban lo verdadero y por tanto podían inculcar en los habitantes de la república ideas contrarias a la verdad, cultivando modelos de vida que en lugar de educar al hombre en la virtud, los convertiría en seguidores de la injusticia y la violencia: “Si queremos que una ciudad esté perfectamente regida debemos impedir por todos los medios que alguien diga en ella que la divinidad, bondad esencial, es la causa de los males, y no permitiremos que nadie, ni joven, ni viejo, escuche relatos semejantes, ya en prosa, ya en verso, porque tales relatos son impíos, perjudiciales y contradictorios entre sí.” (La República, Libro III, 380 b). Así pues, pareciera que la poesía y la literatura en general pueden propagar un germen “peligroso” que debe ser eliminado en busca de “La Verdad”, es decir, se debe buscar que la poesía sea una copia fiel de la realidad. Por ende, la misión del escritor ha de ser la de escudriñar la verdad, ir en pos de ella, lo cual implica partir del supuesto de que la aprehensión de la realidad es posible y que todas las miradas han de concurrir hacia la misma lectura de los acontecimientos verdaderos.
Tal deseo Platónico no sólo entraña en su interior la idea de que existe una Verdad que puede ser revelada y comprendida homogéneamente – y que además la verdad es “buena” -, sino que también impone un “deber ser” al oficio del escritor que es, a saber: copiar la realidad para educar en la justicia. Tanto la primera como la segunda condición pueden ser cuestionadas tanto en términos de la idea de “verdad” como sobre “el deber ser” de la poesía o la literatura en general, puesto que la escritura literaria abre las puertas no sólo a la comprensión de una realidad sino que se permite crear diferentes realidades y lecturas de lo real, pudiendo incluso mezclarlo con la invención de mundos posibles elaborados por las ficciones del autor, al tiempo que tampoco tiene como fin último educar o, incluso, adoctrinar al lector porque ello supondría, además, que este último juega un papel sumamente pasivo sobre los relatos que lee.
Sin embargo, parece que este ideal platónico aún tiene ecos en nuestros días y no porque quienes censuran la difusión de ciertas ideas a través de la literatura sean grandes lectores de Platón, sino porque parece que aún se defiende la idea de verdad única, alcanzable, homogénea y aprehensible, así como el deber ser de la literatura educativa en la virtud y la justicia. Al menos así pareciera indicarlo la prohibición recientemente realizada por las autoridades mexicanas al libro <Me dicen: “El más loco”>, escrito por Nazario Moreno González, alias el Chayo, quien fue el líder del cártel de droga: "La Familia" en Michoacán, muerto en 2010 en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad mexicana. El libro en cuestión según cuentan -porque hay que decir que la autora del presente documento no ha tenido acceso al mismo- presenta una narración alternativa a la versión gubernamental sobre el cartel de “La Familia”. Por ejemplo, en el libro, sus miembros no sólo no son delincuentes, como la legislación mexicana vigente permite calificarlos, sino que además son hombres honestos, trabajadores, que protegen los recursos naturales de la región y que buscan “ayudar a la gente”, siendo éste el motivo por el cual –dice Nazario- son objeto de persecución gubernamental.

La era de las prohibiciones y de las quemas de libros creíamos que había quedado en el pasado, más aún cuando se invoca nuestra amplia carta de derechos -la libertad de prensa, expresión y a la información-  ello no es garantía para que aún en nuestro días se censure la distribución de un libro por considerar que su contenido es subversivo. No obstante, esto no ha sido una limitación para que este documento se difunda ampliamente en la región de Michoacán a través de mecanismos que logran evadir la prohibición gubernamental, tales como: dejar grandes cantidades de libros en espacios públicos para que la gente los tome, entregar a los niños en la escuela varios ejemplares para que los lleven a su familia, rotar los libros entre conocidos y amigos forrándolos en distintos papeles que cubran su carátula, entre otros. Así las cosas, resulta que la guerra contra el narcotráfico se libra no sólo en las capturas, las penas, ejecuciones y enfrentamientos armados, sino que también en las pequeñas estrategias de la vida cotidiana para difundir ideas contrarias entre los bandos en pugna. (Haciendo aquí un “aplanamiento” del panorama que no toma en consideración que es probable que al interior del “La Familia” existan tensiones internas que también circulen en estos medios de la vida cotidiana o que, incluso, las mismas fracturas que existan al interior de las fuerzas armadas mexicanas contribuyan a la distribución de ejemplares).
La búsqueda de la difusión de sus proyectos, historias y narrativas podría considerarse como una estrategia por parte de los grupos narcotraficantes encaminada a conseguir aceptación y apoyo de los Michoacanos aunque no necesariamente sea una invitación para que se sumen a sus actividades delictivas.
Ahora bien, es importante señalar que en un contexto de auge del narcotráfico como el que se vive actualmente en algunas regiones de México, el libro puede sólo cumplir un papel de difusor de algunas historias e ideas porque la aceptación y legitimidad de “La Familia” no depende necesariamente de éste.

Vale recordar que esta agrupación aparentemente no sólo delinque, sino que, suponiendo que les llegamos a creer, afirman: “hacen labor social, le hacen justicia al pueblo, hay voluntarios que aportan dinero, también les regalan armas para pelear contra sus enemigos”(1)  y tales acciones tienden a generar aceptación y simpatía entre sus coterráneos. Por ejemplo, el caso colombiano, país que enfrenta la lucha contra el narcotráfico hace más de dos décadas, muestra cómo la relación entre los miembros de los carteles y la población civil puede ser más cercana y entrañable de lo que podría pensarse. Recuérdese el caso de Pablo Escobar, más conocido como el Patrón, quien siendo el máximo dirigente del cartel de Medellín construyó centros de recreación, entregó dinero, construyó y amobló casas, y edificó un barrio en la ciudad de Medellín para la gente de bajos recursos económicos, llamado “Medellín sin Tugurios” o “el barrio de Pablo Escobar” con 780 viviendas unifamiliares. Ello permite comprender que cuando murió "el Patrón" a manos de las fuerzas de seguridad colombiana, muchos habitantes de las zonas pobres de Medellín que recibieron su ayuda lloraron y sintieron lastima por su muerte. Por tanto, la censura del libro no garantiza ni puede interpretarse como una ganancia en la lucha contra el narcotráfico, por el contrario, los efectos de su prohibición (1)  pueden incrementar lectores e incluso generar desaprobación ante las medidas tomadas por el gobierno mexicano para frenar los cárteles.

Al final, en todo caso, podríamos coincidir con Paul Valery, quien afirma que el efecto de la producción literaria es incierta porque nunca se sabe la reacción de los espíritus.

(1) http://revistareplicante.com/el-libro-prohibido-por-el-ejercito/ 



                              Laura N. Moreno Segura
Universidad de Barcelona



martes, 28 de agosto de 2012

Me dicen: "El más loco"


Revisando libros prohibidos de los Ilustrados Radicales y descubriendo los creativos mecanismos de distribución que lograron llevar ideas peligrosas para el orden Europeo reinante, me encontré por casualidad la noticia de un libro prohibido en México. No se trata de algo como la Ethica ordine geométrico demostrata de Baruch Spinoza o Testamento de Jean Meslier; no estamos en el s.XVII o el s.XVIII para llevar a la hoguera libros que ponen en duda los dogmas de la iglesia. ¿Qué entonces puede ser prohibido y llevado literalmente a la hoguera en el s.XXI? Me sorprendió el libro que a quien se lo encuentre distribuyéndolo es puesto bajo arresto y los ejemplares decomisados e incinerados. http://www.jornada.unam.mx/2012/06/06/politica/022n3pol , http://revistareplicante.com/el-libro-prohibido-por-el-ejercito/.  Se trata de una autobiografía de uno de los líderes de La Familia Michoacana, Nazario Moreno, quien a lo largo de unas pocas páginas da cuenta de sus orígenes personales como de su percepción del grupo de Michoacán. Las ideas allí reflejadas muestran una idealización de la agrupación delictiva, mostrándola como un proyecto de seguridad social con elementos ecológicos, políticos y éticos. Por otro lado, la semblanza autobiográfica está hecha de tal manera que trata de identificarse con los individuos más pobres para invitarlos a realizar una empresa como La Familia
Sin duda no es una obra para ser puesta en el Index librorum prohibitorum et expurgatorum. Pero resulta para el Gobierno de México un panfleto que invita a la adhesión y glorifica a un grupo catalogado de terrorista y narcotraficante. 
Es interesante ver que no son tan diferentes los medios para lograr distribuir el libro de Nazario, comparados con los usados por los Ilustrados Radicales. Han sido estos tan efectivos que la obra se encuentra en muchos lugares y la prohibición no deja de hacerla más atractiva para un público que ha conocido los avatares del narcotráfico y la violencia en México. 

No es la primera obra de Nazario Moreno en circulación, ya otras la preceden con recomendaciones para sus seguidores. Éstas han logrado llegar a personas que no creen en la eficiencia del Gobierno para garantizarles la seguridad y el bienestar. Seguramente se sentirán persuadidas y no tardarán en actuar de acuerdo con este horizonte hórrido idealizado por Moreno. 
El libro prohibido del s.XXI  en México no tiene a un Ilustrado como autor, sino a un delincuente que ha recurrido a la escritura para continuar su legado. Una obra sin alguna idea novedosa, pero que le habla al público en las claves de la pobreza, que inflama las mentes ávidas de venganza y reparación y que irrefrenablemente se convierte en un mito que hace de La Familia una opción.  

La literatura poco a poco se ha ido distanciando de las comunidades pobres y estas ya no entienden sus signos... A falta de ello, de hablarle a ese público que no le interesa a las editoriales, aparecen obras que se saben colar en sus imaginarios. ¿Qué hacer ante esta nueva avanzada del narcotráfico? ¿Admitir que la cultura de los marginados está por fuera de la influencia de los escritores notables y ceder ante estas obras que idealizan la delincuencia organizada? ¿Cuándo se darán las condiciones para que esa franja de la población pueda y guste de leer a los prohibidos del s.XVII y XVIII que sentaron las bases de las concepciones políticas y morales que configuraron nuestra modernidad? 
                                                                        
                                                                                                                              Giovanni Algarra

martes, 5 de abril de 2011

"Jameelah lleva más de ocho años en el campo de Kharaz y sigue tan enferma como el día en que desembarcó. Las dolencias ya no están en su cuerpo, pero las carga en el alma. Se vino dejando atrás a su madre y a sus cinco hermanos. Trajo consigo a su único hijo, que murió durante la travesía de un golpe que le asestaron en la cabeza. A partir de entonces, tan pronto logra dormirse, Jameelah cae en una pesadilla que la martiriza. Sueña que un yenil, o demonio, la arrastra hacia una construcción de tres pisos donde la somete a juicio. En el primer piso, la condena por la muerte del hijo. En el segundo piso, la condena por abandonar a la madre y los hermanos. En el último piso también la condena, pero al despertar, ella no logra recordar por qué motivo era juzgada esa tercera vez. Jorge, uno de los psicólogos de MSF, le da un cuaderno y le pide "Jameelah, escribe tu sueño". Ella lo hace. Jorge lee y le dice: "Ahora vamos a preparar tu defensa. La próxima vez vas a explicarle al yenilque viniste a Yemen para trabajar y enviarle dinero a tu madre, que no la abandonaste, ni tampoco a tus hermanos, y que a tu hijo no lo mataste tú, lo mataron los smugglers.Dile a ese yenil que no haces nada contra tu familia, al contrario, has intentado darle mejor vida, aunque la posibilidad no esté en tus manos". El sueño de Jameelah se ha seguido repitiendo, pero ahora el yenil la absuelve en el primero y el segundo piso. Sin embargo en el tercero la condena, y ella sigue sin saber de qué la acusa. "La culpabilidad de las víctimas es un pozo sin fondo", me dice Jorge, el psicólogo." Laura R.

Lo básico

"y encima de todo, como si lo asombroso de abajo fuera poco, yo descubría un nuevo mundo de nubes: esas nubes tan distintas, tan propias, tan olvidadas por los hombres, que todavía se amasan sobre la humedad de las inmensas selvas, ricas en agua como los primeros capítulos del Génesis; nubes hechas como de un mármol desgastado, rectas en su base, y que se dibujaban hasta tremendas alturas, inmóviles, monumentales, con formas que eran las de la materia en que empieza a redondearse la forma de un ánfora a poco de girar el torno del alfarero. Esas nubes, rara vez enlazadas entre sí, estaban detenidas en el espacio, como edificadas en el cielo, semejantes a sí mismas, desde los tiempos inmemoriables en que presidieran la separación de las aguas y el misterio de las primeras confluencias." Alejo Carpentier, Los pasos perdidos 

Matrioshka/Kokeshi

Hace mucho tiempo, cuando los hombres todavía sufrían una extrema pobreza, a veces podía suceder que las mujeres mataran, nada más nacer, a aquellos hijos suyos junto a los que, de otro modo hubieran muerto de hambre. Por cada niño muerto se fabricaba un kokeshi -que significa "desaparecer un niño"-, para que los hombres jamás olvidaran que habían sobrevivido a costa de aquellos niños. 
Yoko Tawada conecta esta historia con la suposición de que la famosa Matrioshka, la muñeca en la muñeca, convertida en el siglo XX en el juguete preferido de los rusos, era una réplica de la kokeshi japonesa.
P. Sloterdijk